No soy alta, no tengo buen cuerpo, no me dan miedo las calorías. Si paseamos seguramente me tome un helado. Lloro demasiado, pero soy tan divertida a veces que te dolerá cada centímetro del cuerpo de tanto reírte. No me gusta mentir, pero a veces lo hago para protegerme. Hablo demasiado y me enfado muy deprisa, aunque se me pasa rápido. Puedo prometerte que no te aburrirás conmigo. Soy muy vergonzosa. Canto en la ducha y me gustaría gritar tu nombre cada vez que salgo a la calle.

Solo dime que quieres y seré eso para ti.